Todo se ha dicho ya, pero como nadie escucha hay que volver a repetirlo
André Gide
No es el viejo truco de decir «oh, qué duro y difícil es describir un modelo» y luego decir:»he aquí el modelo» (ver lamento anterior sobre el modelo agropecuario aquí). Se trata sólo proveer de algunos criterios (como acertadamente sugería JAHT), lo cual está muy lejos de tener un modelo. Y como escribir estos criterios es tedioso y mi pereza es legendaria, acudo a la poco elegante costumbre, pero ahorradora de trabajo, de citarse a uno mismo. Esto lo escribí para un encuentro en FRIDE hace ya un tiempito. Habla de cosas que habría que hacer. Entre los defensores de estas ideas (las fuentes están entre paréntesis) están algunos de los cocos más denostados por la progresía del desarrollo. Como creo que lo que dicen en este caso (no siempre) es razonable, yo lo suscribo:
Revisando las propuestas de DFID (2005), FSM* (2005) SIDA (2005), OCDE (2006), Banco Mundial (2007), se puede encontrar un alto grado de coincidencia, a la que se suma el Plan Director de la AECID, en que los Estados deberían trabajar para garantizar los siguientes puntos mediante sus políticas nacionales:
– Establecer un marco institucional que favorezca a la pequeña agricultura, a través de políticas focalizadas hacia ella (DFID), innovaciones institucionales (BM), con un papel coordinador del Estado (FSM, AECID). La política macroeconómica no debe estar sesgada (impuestos a la producción a pequeña escala, o poca inversión en ésta, o tipos de cambio sobrevaluados).
– Favorecer el acceso de la pequeña agricultura al mercado (BM), incorporándola a las cadenas de valor. En Intermon Oxfam pensamos que el acceso tiene que darse tanto a los mercados locales como a los más lejanos.
– Reducir las fluctuaciones de precios (DFID, FSM). – La mayoría está de acuerdo en la importancia de facilitar el acceso a insumos para la producción (DFID, OCDE, BM), pero pocos lo proponen a precios subsidiados (FSM).
– Disminuir los costes de transporte mediante la construcción de carreteras. Invertir en infraestructuras de riego y almacenaje.
– Proveer crédito (DFID, BM, FSM, OCDE). – Asegurar el acceso de la población pobre agricultora a los recursos naturales
(OCDE, DFID), tierra y agua.
– Hacer los sistemas agrícolas más sostenibles ambientalmente (BM) y enfrentar el cambio climático (DFID, AECID).
– Proveer información de mercado (DFID).
– Aportar las mejoras tecnológicas (DFID, BM, OCDE, FSM, AECID) mediante investigación y extensión. Esto incluye poner a disposición semillas de calidad adaptadas al medio.
– Fomentar la agregación de valor mediante la transformación de la producción (OCDE).
– Aumentar las capacidades de las asociaciones de agricultores y agricultoras (OCDE, FSM).
– Defender los derechos laborales de los trabajadores agrícolas.
Las políticas agrarias nacionales tienen un alcance insuficiente en dos aspectos:
– Ante un entorno económico internacional que no les favorece. Es un papel de la comunidad internacional reducir las distorsiones comerciales que perjudican a los países pobres (apoyado por DFID, OCDE, BM y AECID)
– Por mucho que mejoren las posibilidades de la agricultura, no tiene sentido ni hay posibilidades para el desarrollo si un 80% de la población se dedica a ella. A mediano y largo plazo, la diversificación a otros sectores será necesaria, y por ello trabajar en el empleo rural no agrícola es una prioridad (OCDE y BM). La migración es una realidad, y las mujeres deben soportar quedar al cargo de los hogares.
* Con FSM (Future of Small Farms) nos referimos a un encuentro entre el IFPRI, ODI y el Imperial College que en 2005 publicó el documento homónimo, que ha sido un referente importante en los últimos años.