Tierra


Hoy empieza la campaña más grande de la historia de Oxfam. Se llama CRECE, y se llevará a cabo en 45 países los próximos cuatro años. ¿Qué pretende esta campaña? Arreglar un sistema alimentario que no funciona. Estos son algunos de los titulares:

  • La población mundial alcanzará los 9 mil millones en 2050 ¿habrá suficientes alimentos para todos?
  • Más de 4 mil millones de personas vivirán en países con escasez crónica de #agua antes de 2050.
  • 4 de cada 5 personas no tiene acceso a protección social alguna.
  • El 40% del maíz de EEUU acaba en tanques de gasolina, no en estómagos.
  • 3 firmas agroalimentarias (Cargill, Bunge y ADM) controlan el 90% del comercio de cereales.
  • La agricultura es responsable del 30% de emisiones de gases contaminantes ¿Cómo podemos cultivar lo suficiente de manera sostenible?
  • Darle a las mujeres el mismo acceso a recursos agrícolas que a los hombres podría incrementar sus cosechas un 30%
  • La cantidad de tierra cultivable por persona es 50% menor desde 1960. La población aumenta, ¿cómo nos alimentaremos?

Lo mejor es leer aquí el magnífico informe que se ha preparado, visitar el blog 3.500 millones, donde Gonzalo Fanjul lo explica más claro que el agua, o ir a la página de Intermón Oxfam.

Esta semana muchas ONG han andado alborotadas por la edición del informe del Banco Mundial sobre acaparamiento de tierras, que en inglés tiene por título Protecting land rights is key to successful large-scale land acquisitions. En él, el Banco Mundial reconoce la violación de derechos humanos que han representado estas entregas de tierras a fondos de inversión, fondos soberanos o empresas multinacionales, y dice que mejor respetar los derechos humanos -no expulsar a la gente, sino pagarles bien para que se vayan- para que las adquisiciones sean un éxito y además sean viables.

Como no podía ser de otra manera, nos oponemos a este planteamiento. Nuestro trabajo (difícil) consiste en argumentar por qué es mejor que estas adquisiciones no se permitan. Tenemos que convencer a los políticos que las van a autorizar de que es mejor invertir en la agricultura familiar, en vez de permitir su expulsión. Convencerles no va a ser fácil, sobre todo por este gráfico que aparece en el informe del Banco:

Comparación de la productividad entre cuatro tipos de propiedad agrícola en IndonesiaEste gráfico muestra claramente algo de lo que ya hablé en la entrada ¿Alimentarán los campesinos al mundo?.  La respuesta es «depende», por supuesto. Pero lo que no podemos decir es que lo harán siempre de forma más eficaz. El gráfico muestra que el rendimiento de la inversión es menor cuando la hace sólo la familia campesina. Es cuando ésta gana más dinero. Si se asocia con la multinacional, el rendimiento de la inversión sube al doble, pero la familia gana la mitad. Si en vez de esto le alquilan la tierra a la empresa, todavía ganan menos. Y en el cuarto caso, en el que la empresa se queda la tierra, todo es para ella.

Obsérvese que en los tres últimos casos el Estado ingresa impuestos en abundancia, cosa que no hace con la familia campesina (que suelen moverse en la economía informal). Y ahí viene la elección difícil que tiene que hacer la clase política: si quieren beneficiar al campesino, perderán en crecimiento de la economía. Ya lo dijo Alain de Janvry en Agriculture for development: New paradigm and options for success:

This implies that social choices must be made in weighting the various development outcomes of agriculture. Small farms may be preferred over (or in association with) large farms not only on efficiency grounds (if an inverse relation exists between total factor productivity and farm size), but also because they allow autonomous income generation by the rural poor, even if at the cost of a growth trade-off.4 Technologies that create employment in agriculture and in agribusiness may be preferred over labor-saving technological changes as the labor market becomes an increasingly important instrument through which productivity gains in agriculture are translated into welfare gains for rural populations. Agro-ecological approaches may be preferred when negative externalities in chemical-based farming cannot be internalized, even if at the cost of yield and risk trade-offs, and even if they are more demanding in public assistance to achieve a productivity revolution for Sub-Saharan Africa. Particularly in the world of international development agencies, we have too long wished for a world where win-wins dominate the outcome set, in part to avoid protracted political debates (as for example in the growth-equity debate, see Banerjee, Deaton, Lustig, and Rogoff, 2006). But win-wins have to be recognized as the exception more than the rule. Trade-offs in the process of agricultural growth thus require making difficult social choices, expectedly based on solid information and democratic participation to establish priorities, requiring a set of institutions and practices that typically need to be reinforced in developing countries.

Atención a las últimas frases: estamos acostumbrados a que lo que proponemos son soluciones win-win, en las que todo el mundo gana. Pensemos en vez de esto que habrá que elegir entre dos opciones, una con mayor crecimiento, y otra con mayor disminución de la pobreza, o no convenceremos a los políticos, que pueden ver nuestras soluciones como ingenuas.

PS: esta es la opinión de GRAIN sobre el estudio.

Y otra opinión de peso: Ian Scoones, del IDS, en la página del TNI

El Salvador 1994

Don Rigo con su yunta. El Salvador 1994

En el desarrollo rural tiene mucha importancia el espacio. Que las cosas estén cerca o lejos determina la facilidad de acceso a los mercados, el precio del transporte o la densidad de población, tres variables fundamentales de la economía. Y cómo el espacio se separa en compartimentos determina el tipo de actividad que se lleva a cabo. Qué cultivos, qué ganados, o sus posibilidades de prosperar, depende de que las tierras estén o no cercadas. En la Wikipedia se define la función del cercado como la de mantener a los animales dentro o fuera de un área, definición sencilla y elegante.

Para la Gran Bretaña y el mundo la historia cambió cuando se cercaron los pastos comunales en los siglos XVIII y XIX. Al proceso se le llamó “the Enclosures” (se puede escuchar un podcast de la bbc muy interesante aquí). De ahí empezaron crecimientos de productividad y expulsión de campesinos a las ciudades que acabaron en la revolución industrial. En los Estados Unidos se dio un proceso parecido con el cercado de los pastos del oeste,  tema tratado en un montón de westerns que contaban cómo los conflictos ganaderos acababan a balazos. En España estos asuntos se resolvieron en el siglo XIII, con el Concejo de la Mesta.

Cuando uno viaja por algunos países de África, le llama la atención la ausencia de cercas. La gente cultiva sus pedacitos de maíz o sorgo, pero sin cercarlos. Son parches de cultivos repartidos aquí y allá, sin límites claros, y lo que es más importante, accesibles para vacas hambrientas. Esto lleva a enfrentamientos con los dueños de ganado que pasta libre, que cuando se trata de pastores trashumantes, a veces de otras etnias, acaba en algo parecido a una guerra.

No se cerca sólo para que no entren los animales. Cercando, delimitas la tenencia de un pedazo de tierra. Si inviertes en él , cavando un pozo o construyendo una casa, el cercado indica que ese terreno tiene propietario. Por eso, pasar de terrenos abiertos a cercados es abrir una caja de Pandora. Sin embargo, donde no se cerca  se invierte poco, y esto también es un problema. En África se está planteando la repartición de tierras comunales en muchos países. Las elites gobernantes aprovechan para quedarse con buenos pedazos o para venderlas a inversores extranjeros. La tenencia de la tierra, el cercado como consecuencia, y los conflictos con pastores serán importantes temas de África en los próximos años.

La pérdida de suelo por erosión fue la causa de que los padres de Tom Joad perdieran su granja en Oklahoma. El viento sopló, no llovió, y perdieron cuatro cosechas consecutivas. Como estaban endeudados con el banco, fueron embargados. Así lo cuenta la novela Las uvas de la ira, de John Steinbeck, o la película de John Ford. Tom Joad se ha convertido en un símbolo de las luchas agrarias desde entonces, con canción de Bruce Springsteen incluida (la letra, aquí):

En toda Norteamérica se perdieron unos 400.000 km2 de tierra fértil. En los años 30, el gobierno de los EEUU decidió subsidiar las prácticas de conservación de suelo, al entender que el costo social de no cuidar la tierra es mayor que el costo individual.

Rainer Schickele era un economista agrícola alemán, emigrado a los EEUU en los años treinta, que colaboró en el establecimiento de los programas de conservación de suelos. En su Tratado de Política Agrícola escribía, en 1954:

“Es difícil medir en dinero el valor de las pérdidas por erosión y los beneficios de las operaciones de conservación. Podemos decir con seguridad que ambas cosas son mayores para la sociedad que para el individuo, debido a la diferente proyección en el tiempo de sus respectivos puntos de vista. Al explotar un terreno, el agricultor a menudo puede lograr mayores ingresos netos, durante un buen número de años, de los que obtendría haciendo gastos de conservación”.

En los países donde hay frontera agrícola, cuando una parcela no da más, la familia se muda a otra tierra adentro, tumbando bosques para conseguir nueva tierra cultivable. Económicamente, es una opción razonable para la gente. Ecológicamente, no lo es, de lo que se puede deducir que es necesario compensar a las familias agricultoras para que cuiden la tierra cuando obtendrían más ingresos si no lo hicieran.
La ampliación de la frontera agrícola no debe ser la solución, que favorece aplicar la agricultura como si fuera minería. Pero dado que económicamente puede ser racional agotar una parcela para ir a otra disponible, si no queremos que ocurra habrá que pagar por ello.
En mi opinión, la pérdida de suelo es un problema a corto plazo mayor que el cambio climático (que es más grave a largo plazo). Lo estamos perdiendo por malas prácticas agrícolas, como no reponer los nutrientes extraídos o provocar erosión por mala labranza. También por dedicar los mejores suelos a la industria o residencia. La creciente sensación de que faltará tierra fértil, sumado al aviso que fue la crisis alimentaria de 2008, que todavía continúa, nos está llevando a la apropiación de tierras en países tropicales por parte de grandes inversores y gobiernos de países ricos. Para ver la gravedad del problema (y una amplia revisión de quienes han hablado de la apropiación de tierras), se puede visitar esta entrada de Duncan Green.