El pongueaje, servidumbre a la que estaban sometidos los indígenas bolivianos.

En la Amazonía es conocido el sistema de explotación llamado enganche, pongueaje, o servidumbre por deudas, por el que indígenas e inmigrantes de los Andes trabajaban como esclavos -y todavía se dan casos, que aparecen de cuando en cuando en Brasil- para  los terratenientes propietarios de las plantaciones de caucho o castaña. El sistema consistía en pagarles poco y cobrarles mucho por la comida en el economato, propiedad del terrateniente, por supuesto, de manera que cuanto más trabajaban, más debían al hacendado.

En España, donde muchos han venido huyendo en busca de trabajo, la falta de papeles ha venido a reproducir un sistema parecido, pero al revés.  El inmigrante da crédito al empleador, pero el resultado es el mismo: esclavitud en el siglo 21. Funciona así: el empleador ofrece trabajo al inmigrante (hombre o mujer). Cuando llega el momento de pagarle, tiene problemas de caja. «Ya te pagaré», le dice. Al mes siguiente, le vuelve a decir: «Estoy pasando por un mal momento, te pago el mes que viene». Al inmigrante le empiezan a entrar dudas, pero si se va, seguro que no cobra los meses que le debe, por lo que normalmente decide quedarse. Sorpresa: al tercer mes cobra, pero sólo una tercera parte de lo que le debe. Y así sucesivamente. Conozco dos casos en mi pueblo a los que se les debe más de cinco mil euros a cada uno. ¿Y luego dicen que los inmigrantes no son útiles? ¡Si sustituyen a los bancos, que han abandonado la actividad de dar crédito por no sé qué tipo de negocios! Decía Óscar Romero que no hay peor pecado que quitarle el pan al que tiene hambre. Por lo visto, algunos magníficos empresarios españoles no piensan lo mismo.