En España nos vamos de vacaciones entre julio y agosto. Es tiempo ya de empezar a acumular libros para aprovechar el verano boreal. Dos recomendaciones:
Este salió hace un par de años: Todo fluye, de Vassili Grossman (ya recomendé del mismo autor Vida y Destino). Es una crónica de los crímenes del estalinismo, pero por lo que nos interesa aquí -este es un espacio que trata del campesinado- es por la narración de la hambruna de Ucrania de los años 30: el estalinismo, aparte de su crueldad intrínseca, no entendió a los campesinos ni supo tratar con ellos, y creó uno de los desastres humanos más grandes de la historia.Los ucranianos lo llaman Holomodor, y supuso la muerte de millones de personas.
El otro que recomiendo ya es un clásico: Gran Sertón: veredas, de João Guimarães Rosa.
Riobaldo, un yagunzo ya anciano, cuenta su historia a un médico en un monólogo de más 500 páginas. Los yagunzos eran tropas irregulares al servicio de los caciques locales del noreste brasileño. El libro no es de lenguaje fácil, quien lo intente que espere encontrar un estilo -que es extraordinario- más parecido al de Joyce en el Ulysses que a Dan Brown. Leerlo es toda una experiencia: muchas aventuras y un final que conmueve.