Revisando las estadísticas de este blog, he visto que los artículos sobre centros de acopio son los más vistos. No es extraño, puesto que desde que empezó la crisis alimentaria del 2007 los centros de acopio  se han visto como una de las posibles soluciones que puedan servir al menos para paliar un poco los efectos de la fluctuación de precios (aunque funcionan gracias a ellas, todo hay que decirlo).

Añado cuatro artículos técnicos útiles para aprender a hacer silos o manejar el grano sin que se estropee. Todos en inglés (quienes piensen seguir en este oficio y no lean inglés, deberían ir pensando en invertir en aprenderlo). Estos son:

Además puede ser útil buscar en google Postcosecha+COSUDE (no puedo dar un sólo enlace porque hay docenas). Postcosecha es un programa de distribución de silos que la cooperación suiza mantiene desde hace años. Ha formado a miles de artesanos que construyen silos metálicos en las comunidades. Es difícil ir por Centroamérica y no encontrar silos de Postcosecha en cada comunidad. Un ejemplo de programa exitoso, que los hay.

1- Asegurarse de que necesitamos un centro de acopio

Lo primero que tenemos que preguntarnos es para qué lo queremos. ¿Por qué elegimos el almacenamiento colectivo? ¿Qué problema se pretende resolver con el banco de cereales? (falta de capacidad de almacenamiento en las casas, necesidad de crédito, mantenimiento de existencias de grano en la comunidad para períodos de escasez…). Este problema, ¿no se puede resolver fomentando el almacenamiento en los hogares?
¿Cómo se van a tener en cuenta las necesidades específicas de las mujeres al introducir los centros de acopio?
¿Cuáles serán los compromisos (contrapartida/aporte local) de los beneficiarios para poder formar parte del fondo rotatorio? Por ej: construcción de los almacenes etc…

2 Hacer un estudio de viabilidad

Una vez que hemos visto (pensándolo detenidamente y con gran sinceridad) que el problema se resuelve de forma colectiva mejor que familiar, tenemos que ver si queremos el almacén sólo para guardar grano en la temporada de escasez, sin querer hacer negocio con él, o si pretendemos que las familias que lo almacenan ganen dinero. Si en el cumplimiento del objetivo interviene el dinero, hay que hacer números exactamente sobre lo que quiere hacer con el centro de acopio. Un centro de acopio es una actividad de alto riesgo porque tanto el clima como las variaciones de precio les afectan.

2.1 Si queremos comprar barato y vender caro…

Es bastante frecuente que el mecanismo sea que el centro de acopio compra a la familia el grano en tiempo de cosecha, cuando el precio está bajo, para que dispongan de efectivo, y después lo vendan cuando esté más alto, y entreguen la diferencia a la familia descontando los gastos de funcionamiento del centro. Este es el mecanismo más sencillo, aunque hay otros. Para asegurarnos de que funciona, primero hay que preguntarse si existe suficiente variación de precio entre el momento de salida de la cosecha y el valor más alto de la temporada, cuando se supone que intentaríamos vender el grano. Esta variación será la que nos proporcionará la ganancia.
¿Es regular, se da cada año, o hay variaciones algunos años que pueden hacernos quebrar?
¿Cada cuantos años NO se cumple el ciclo habitual de precios?
Valorar la influencia de cambios en las políticas comerciales que influyeran en los precios.

2.2 Si queremos dar crédito con el grano como garantía

Luego hay que decidir quién es el propietario del grano cuando la familia lo lleva al centro de acopio. Si el propietario es el centro, ¿se queda éste todo el beneficio post-venta? ¿le devuelve parte del beneficio a la familia al vender? Si hay pérdidas, ¿quién las asume?
Si la familia mantiene la propiedad del grano, y el centro de acopio les entrega dinero contra el grano, entonces les está dando un crédito. ¿Qué interés se va a cobrar por ese crédito, por el período entre que entregamos el dinero y se vende el maíz?
¿Cómo se decide la venta del maíz, decide el centro de acopio, los acopiadores o ambos? ¿Se vende todo a la vez o se puede vender por partes?
¿Controlan las mujeres el grano que entregan? Algunos centros de acopio, si reciben dinero de mujeres, les entregan el dinero de la venta a ellas y no a sus maridos.

3 Otros aspectos para tener en cuenta

¿Dónde está la competencia del centro de acopio (los intermediarios tradicionales), quiénes son?
¿Cómo podemos asegurar que el centro de acopio puede ofrecer mejores condiciones que el intermediario habitual? El intermediario suele tener facilidad para ofrecer mejor precio.
¿Desde qué distancia transportarán el grano? Si la gente vive lejos, ¿le merecerá la pena llevar el grano hasta allá?
Discutir en la comunidad las probabilidades de éxito. (relación costo/beneficio, riesgo de plagas en el almacén, riesgo de bajada de precios en el momento esperado para vender).
Hacer reglamentos claros: explicar cuáles son las diferentes opciones que ofrece el centro de acopio y cómo funcionan.
¿Qué método de almacenaje se va a usar: silos metálicos, sacos, otro? ¿Conocemos los riesgos de cada uno en la zona? (humedad en los silos, roedores para los sacos). ¿Harán falta insecticidas?
Si son sacos, ¿cada cuál mantiene identificado su saco? ¿se hacen responsables de pérdidas?
¿Cuántas variedades distintas se pueden acopiar? Si son silos, se mezcla el maíz. ¿Cómo se va a controlar la calidad?

4 Rendición de cuentas

Muchos fracasos en centros de acopio se pueden achacar a la pérdida de confianza de quien acopia hacia quien gestiona el centro. Para evitarlo hay que tener especial cuidado con los mecanismos de participación y rendición de cuenta.
¿Se renueva la dirigencia de los centros de acopio? ¿Hay mujeres en la junta directiva? ¿Se hacen públicos los resultados del centro de acopio a sus asociados?
¿Existe una definición clara de la propiedad de infraestructuras y maquinaria?

Contestando a todas estas preguntas es posible conseguir que los centros de acopio funcionen mejor.

Los centros de acopio (en América) o bancos de cereales (en África) son organizaciones comunitarias que manejan inventarios de cereales en un edificio de uso comunitario.
Los bancos de cereales suelen tener alguno de estos objetivos:

  1. Mantener el inventario como reserva en la temporada de escasez (“hunger gap”)
  2. Conseguir vender el inventario en temporadas de precios más altos, evitando los intermediarios o persiguiendo mayor poder de negociación ante ellos.
  3. Ofrecer crédito en efectivo (o en especie, como maquinaria, herramientas o fertilizantes) a la población beneficiaria tomando el cereal como garantía.

Parecidos a este último caso son los almacenes generales de depósito (o warehouse receipt systems), que son organizaciones legales que certifican un depósito de grano para que pueda usarse como garantía de un crédito.
El menú de  acciones destinadas a la protección de la seguridad alimentaria de los más pobres no es muy amplio. Entre las pocas opciones, los bancos de cereales han sido de los más usados. Cuando funcionan, son muy útiles. Hay tres visiones predominantes:

  • Una pesimista, muy extendida entre la mayoría de financiadores de la cooperación, que se basa en un porcentaje real de fracaso alto. En  este taller de CRS (en inglés) se mencionan cifras del 80% de cierres en el Sahel durante el decenio de los noventa. Lawrence Kent se muestra muy crítico en este documento (en inglés).
  • En cambio, en las comunidades la percepción es más optimista, porque tienden a pensar, dadas las grandes diferencias entre el precio pagado a la producción y el precio final al consumidor, que el margen que se lleva el intermediario es muy amplio.
  • Una visión más equilibrada, que muestra éxitos además de fracasos, es la de SOS-faim (en castellano, y con bibliografía para ampliar conocimientos).

Entre estos tres documentos es posible extraer mucha información sobre qué necesitamos para conseguir bancos de cereales viables (y saber cuándo los necesitamos). En próximas entregas profundizaremos en el tema.